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martes, 1 de junio de 2010

Carta desde Angola



DESDE ANGOLA, ÁFRICA: CARTA DEL PADRE SALESIANO MARTIN LASARTE AL NEW YORK TIMES
Abril, 2010

Querido hermano y hermana periodista:

Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.
Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… ¡Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU.

No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina; que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio.
Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a serum positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.


No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…
Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Sólo le pido amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb

9 comentarios:

  1. La noticia fácil es la otra y lamentablemente es lo que a la gente le gusta consumir. Cuánta y cuánta gente hay por ahí haciendo el bien y que jamás se reconocerá. La prensa, la mal llamada opinión pública, que al final es la opinión de unos pocos, muchas veces sólo sirve para servir a aquellos que la mantienen y las obsesiones de quienes la controlan.

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  2. Existe el mal y tambien el bien, como justo antagonista, estas personas que lo dejan todo, casa, hacienda y familia, y se dedican a impartir el bien en el mundo son las que salvan el entramado espiritual de la iglesia catolica, estos gestos nos obligan a pensar que el ser humano, tiene grandezas y tambien miserias, el problema y como siempre esta en la organización, en el poder jerarquico establecido. Ellos y solo ellos, salvan en este momento, ese aspecto rancio y arcaico (ya desfasado en el tiempo y el espacio) de la Iglesia Catolica y la socidad. Mi aplauso y sincera admiración a los mismos. AGORA

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  3. Gracias Nico. Hay mucha gente dando el callo en muchos ámbitos de la sociedad, creyentes, laicos, agnósticos. Y especialmente la gran labor social que hacen muchos sacerdotes, religiosas, seglares en áfrica, asia, américa, en los suburbios de las ciudades, en las cárceles, con los esclavos de la droga, con los niños, con los más débiles, en suma, con quienes Cristo señala en el evangelio como sus preferidos. Ningún estamento social, especialmente si toca poder, se libra de delincuentes y gentuza. Pero la generalización siempre es injusta. Una vez más, gracias
    Antic alumne salesiá

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  4. El morbo en general vende. Crear una imagen deformada de los sacerdotes, de los religiosos, como pederastas en potencia que en lo único que piensan es en cómo joderle la vida a indefensos es algo que tiene audiencia. Hablar de que la mayoría trabajan (se comparta o no la fe) por las comunidades donde viven, y que son avanzadilla en los lugares donde casi nadie quiere ir no vende y no tiene audiencia. También recibir pedradas injustamente forma parte del hecho de ser cristiano. Y sí, la iglesia, como órgano de poder que lo ha sido durante muchísimos siglos, ha tenido gentuza que ha oprimido y jodido a la gente, pero en tanto que ostentaba poder, no en tanto que eran religiosos. Como jodían la vida a la gente los nobles, los reyes, los poderosos. En fin, tener que explicar todo esto es duro, falta mucho por hacer. Luchar contra las obsesiones de quién es anticlerical, como de quien es antiloquesea, es batalla hartodifícil
    J.R.

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  5. Fantástica carta. Pero a veces, quién perjudica a la iglesia y a su imagen, más allá de pederastas y delincuentes, que hay que tratarlos como eso, tengan o no condición de religiosos, es la propia jerarquía que también vive de obsesiones. Mientras, a pie de calle, en la trinchera, hay cientos de miles de religiosos, seglares, laicos que, por las convicciones de su fe, se pringan por los demás.
    Rubén

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  6. Me descubro ante este tipo de personas, personas que son capaces de escribir esas cartas y, sobre todo, de entregarse a los demás con esa generosidad. Desde mi agnosticismo digo que esos sacerdotes tienen poco que ver con la mayoría que conozco y nada que ver con los jerarcas de la Iglesia de Roma.

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  7. Bien por el padre Lasarte, y por todos los padres y madres lasarte que hay por el mundo sembrando amor, cariño, ayuda, bien en nombre de Dios o de la justicia. Es cierto, hay mucho más bueno que malo por el mundo, pero lo malo vende más
    Pablo

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  8. Es penoso que por culpa de unos cuantos Periodistas (impresentables) tiren a la basura esta carrera que tanto esfuerzo nos cuesta. Menos mal que no todos somos iguales...El Periodista esta para informar no para desinformar que en muchos casos es lo que vemos, por desgracia... Un 10 por la carta de este Sacerdote, gracias a Dios hay muchos Sacerdotes como él cada uno en su ámbito.. pero siempre entregandose por los demás.

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  9. Todo lo que dice es obvio, si uno quiere estar medianamente informado, no conocer la verdad sesgada, no ser parcial, en suma, tratar de ser objetivo y no maniqueo. Pero en una sociedad donde prima lo superficial, la búsqueda permanente del escándalo, el fango, interesa poco. De todos modos, no todo está perdido cuando gente como tú tratáis de divulgar estas cuestiones.
    otro antiguo alumno

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