Elecciones trascendentes

Aunque no creo que haya prácticamente nadie que aún no se haya enterado, ayer hubo elecciones en Cataluña, y creo que más o menos cualquier persona que siga la actualidad política estará al tanto de los resultados. Es curioso después de cada proceso electoral, cómo se valoran los resultados, cómo cambian las cosas en pocos años y lo poco que escarmientan algunos. Desde luego, si tuviésemos que explicar el resultado y las reacciones de los diferentes candidatos a un extranjero que no estuviese mínimamente informado de las "peculiaridades" de nuestro país y sus diferentes autonomías o nacionalidades históricas (según quién), habría que hacer verdadero encaje de bolillos. Pinchando AQUÍ podéis acceder a los resultados

Porque resulta que el partido que obtuvo más votos y más escaños, con más del doble y mitad que la fuerza política inmediatamente anterior, CIU, con su candidato y presidente de la Generalitat, Artur Mas, es quien en teoría sería el gran perdedor. Cosas de la política. Lógicamente, quien ha adelantado las elecciones nada menos que 2 años para pedir más mayoría de la que disponía -una mayoría incontestable, pedía- y abordar así el "derecho a decidir", y se ha quedado con 50 escaños cuando tenía 62, no puede estar demasiado satisfecho. Las caras del president y su séquito en la rueda de prensa y la escasísima afluencia de militantes y simpatizantes en el balcón del hotel Majestic eran todo un poema. Es la cuarta vez que Artur Mas gana las elecciones. En las 2 primeras así se quedó en la oposición por el pacto entre Iniciativa, PSC y ER. A la tercera fue la vencida y, no escarmentado, ahora que gobernaba, decide adelantar elecciones para perder 12 diputados. Su fama de gafe comienza a ser legendaria.

Los resultados obtenidos por el resto de formaciones son conocidos. ERC crece en diputados y en votos, desbancando al PSC como segunda fuerza. El PP incrementa un diputado, la aventura de solidaritat de la independencia con la que Laporta entró en política desaparece del mapa y es sustituida por la "CUP", partido radicalmente independentista y que ha aglutinado gran parte del voto antisistema de Cataluña, apoyados por Arnaldo Otegi y la izquierda radical vasca. Triplica escaños y votos Albert Rivera y el proyecto de Ciutadans, dejando así al PP con la miel en los labios y con una cara muy seria tanto al Psoe como a la propia Alicia Sánchez Camacho, que ve como a nivel nacional y en otras autonomías es UPyD quien les va quitando votos y en Cataluña Ciutadans. Nada es para siempre y nuestra democracia, lo he dicho muchas veces, es aún muy jóven.

Tuve la ocasión de presenciar el debate a 7 que tuvo lugar en TV3, con los índices de audiencia más grandes que jamás ha tenido un programa de estas características en la televisión autonómica catalana. Albert Rivera se merendó literalmente al resto de candidatos y fue el único que afeó a Artur Mas su presunta implicación y la de su partido con corrupción del más alto nivel. Aún me pregunto porqué ni Alicia Sánchez Camacho ni Pere Navarro tocaron el tema, ni de refilón. Un debate de esas características es impensable en la podrida, arruinada e hipermanipulada televisión valenciana. También resulta peculiar que, en nuestra comunidad, el techo electoral para entrar en el parlamento autonómico sea del 5% de votos y no del 3% como en Cataluña y País Vasco. No es de extrañar que los partidos tradicionales teman la entrada de partidos inicialmente pequeños. En sólo 6 años, ciutadans ya tiene grupo parlamentario propio y nueve diputados. En la Comunitat Valenciana también quisieron borrar al Bloc del mapa y estuvo rozando elextraparlamentarismo, con la exigencia de ese 5%. Tratan de poner difícil la entrada de UpyD con esa exigencia. A las claras se ve el por qué. Y por lo que toca al tan manido "derecho a decidir", en Cataluña pueden seguir con el mismo mantra para tapar una crisis galopante, unos índices de paro insostenibles y una corrupción que inunda todos los rincones de la Generalitat. No me cabe la menor duda de que, tardará años o décadas, pero que ese referendum que piden se terminará haciendo, como ha sucedido en naciones a las que nadie discute su pedigrí democrático como el Reino Unido o Canadá. Otra cosa es cuál termine siendo el resultado.